Transgénicos
¿Que son los transgénicos?
Es el traslado de genes de una especie a
otra, pueden hacerse entre plantas de una misma especie, entre especies no
relacionadas o incluso trasladando genes de una planta a un animal y vice –
versa.
Con esta técnica,
llamada "ingeniería genética" se han roto las barreras naturales para
la reproducción y creación de seres vivos, pues en condiciones naturales sólo
es posible el cruzamiento de plantas o animales de la misma especie o de
especies relacionadas. A diferencia de otros métodos biotecnológicos de
mejoramiento genético (cruzamientos entre especies parientes), la ingeniería
genética va mucho más allá: transforma a los seres vivos.
Tipos de Cultivos Transgénicos
Ya
existen en el mercado plantas transgénicas con tolerancia a herbicidas (Soja
RR) y plagas (Maíz y algodón). En otras partes del mundo, en tanto, se
encuentran en distintas etapas de desarrollo plantas resistentes a climas
desfavorables, con mayores cantidades de una determina-da propiedad, o plantas
con capacidades para prolongar sus períodos de vida.
La palabra
"transgénico" proviene de "trans" (cruzar de un lugar a
otro) y "génico" (referido a los genes). En resumidas palabras, es
todo aquel organismo que tiene incorporado un gen extraño.
Existen además, la
colza resistente a herbicidas; tomates con genes de pez para retardar su
maduración; algodón Bt, que al igual que el maíz, produce su propio insecticida
y por eso es resistente a una plaga determinada. Siguen en la lista variedades
de cultivos transgénicos que están siendo probados en distintos lugares del
mundo incluida la Argentina; algunos de ellos son: la papa, el brócoli, la
coliflor, la papaya, la mandioca, el sorgo, el melón y hasta árboles, como los
eucaliptos.
Riesgos de los transgénicos para la
salud humana
Muchas discusiones se han
entablado en torno a los transgénicos a nivel mundial. La pregunta de
fondo siempre será ¿cómo afectan los alimentos transgénicos a los humanos?;
además, si los cultivos transgénicos son utilizados para alimentar ganado u otros
animales quedan algunas dudas acerca de la seguridad del consumo de carne de
dichos animales
riesgos para la salud
humana.
Aún no se han publicado estudios de largo plazo que garanticen que los productos transgénicos no causan daño a la salud humana, y tampoco se han realizado estudios rigurosos para determinar si existen posibles riesgos toxicológicos, sin embargo algunos países ya utilizan alimentos transgénicos. De acuerdo a Rubens, los estudios presentados por los impulsores de los transgénicos son, en general, de “calidad muy baja y por eso, difícilmente serían publicados en revistas de prestigio”. Entre las falencias que se detectan habitualmente están el bajo número de repeticiones y la corta duración de los ensayos.
La ausencia de estudios de
largo plazo se hace extraña en la actualidad, considerando que los científicos
trabajan con organismos genéticamente modificados (OGM) hace a varias décadas,
y de acuerdo a lo que revela Rubens, en 1975 los investigadores se reunieron en
California para discutir estrategias para “la contención física y
biológica de las moléculas y vectores o los mismos organismos intervenidos”.
Una medida de precaución que no se mantiene en nuestros días por la presión
comercial.
De acuerdo al investigador,
una segunda reunión realizada en el año 2000 tuvo mayor énfasis en criterios
comerciales y poco interés en cubrir temas relacionados a la salud. De acuerdo
a Rubens, las empresas productoras de semillas transgénicas ingresaron a la
bolsa de valores para captar capital y esta estrategia “obliga a una
empresa a presentar siempre resultados positivos. Como esto no siempre es
posible, no se descarta la posibilidad de conflictos de interés en el
desarrollo de investigaciones o productos.”
La
amenaza oculta
La estrategia aplicada por la industria dedicada al desarrollo de transgénicos, fue similar a la que utilizaron las empresas financieras durante la última crisis global. Simplemente se logró disfrazar una actividad que implica alto riesgo, con un nombre que elimine la percepción de amenaza. Fue así que el término utilizado en los 70 y 80 orientado al manejo de “biorriesgos” fue reemplazado por estrategias para obtener “productos bioseguros”.
A pesar de ser una
industria con muchos años en actividad, se ha procurado evadir los estudios de
largo plazo. Esta estrategia se ha concretado al establecer el criterio de
equivalencia substancial en vez de realizar la evaluación de riesgos. Bajo el
criterio de equivalencia substancial, si un OGM posee una composición
de proteínas, carbohidratos, grasas, ceniza, aminoácidos, etc. similar a
los que presenta su contraparte que no ha sido modificada genéticamente,
entonces el producto transgénico puede ser considerado seguro.
Rubens asegura que es
necesario someter a los OGM a estudios de largo plazo, porque desde el punto de
vista científico “el transgene insertado en una planta contiene elementos
bastante distintos de los encontrados en la planta original” y puede
desencadenar efectos no previstos y colaterales. Por esto se requeriría
establecer análisis toxicológicos en humanos, animales y medir el impacto en
organismos no blanco.
Se hace necesario evaluar
“la estabilidad genética, alteraciones genómicas, toxicidad y alergenicidad,
productos de la expresión génica, digestibilidad y metabolismo,
biodisponibilidad de nutrientes y micronutrientes, toxicidad aguda y crónica,
formulación y ensayo de alimentos para animales, posibles impactos a organismos
no blanco, necesidad de información para el consumidor, entre otros”, indica el
investigador. La falta de estudios solo refuerza la incertidumbre y debería
llevar a la aplicación del principio precautorio.
Riesgos para la salud
Rubens asegura que a la mayoría de plantas transgénicas se les ha insertado genes de resistencia a antibióticos, y diversos estudios confirman que procesos como la recombinación o la transferencia horizontal pueden trasladar esos genes a bacterias patógenas en humanos, de modo que la diseminación de transgénicos disminuiría la posibilidad de controlar enfermedades.
Debido a la falta de estudios la
Brithish Medical Association ha sugerido la prohibición de los genes de
resistencia a antibióticos, la moratoria de plantaciones comerciales y
establecer mejores mecanismos de vigilancia sanitaria.
Hay efectos indirectos
asociados al uso de soya transgénica, como el incremento en el uso de
herbicidas y el aumento de residuos de glifosato por encima de las 10ppm.
Rubens indica que estos contaminantes están asociados al desarrollo de cáncer,
disturbios reproductivos en mamíferos, efecto desregulador del sistema
endocrino o disrupción endocrina.
No se puede afirmar
que solo con la prohibición de la comercialización para consumo humano se pueda
evitar el impacto sobre la salud de los consumidores. En Perú y México no ha
sido autorizada la siembra de plantas transgénicas, y sin embargo han aparecido
cultivos en los que se filtran plantas transgénicas.
¿Transgénicos
cómo afectan la salud y el medio ambiente?
Es imposible saber cuáles
serán los efectos de la ingesta de estos genes sobre la salud humana. Estos
organismos, al ser liberados fuera del laboratorio, originarán
indefectiblemente una contaminación genética que en la mayoría de los casos se
volverá irreversible.
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